

La intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha desencadenado una crisis sin precedentes en el transporte marítimo global.
Según datos de Sea-Intelligence, entre las semanas 16 y 19 del año se cancelaron 367.800 TEUs en rutas transpacíficas, lo que representa un incremento superior al 500% en menos de un mes.
Este fenómeno, conocido como "blank sailing", se ha convertido en una estrategia clave para las navieras, que buscan preservar tarifas y evitar pérdidas ante la caída de la demanda.
La capacidad desplegada en la conexión con la costa oeste estadounidense disminuyó un 12%, mientras que en la costa este la reducción alcanzó el 14%.
El endurecimiento de las políticas comerciales es una de las principales causas de esta situación.
Estados Unidos elevó sus aranceles a productos chinos hasta un 145%, mientras que China respondió con tasas de hasta 125% a bienes estadounidenses y restricciones a exportaciones de minerales críticos.
El director ejecutivo de Sea-Intelligence, Alan Murphy, señaló que "el clima político actual es extremadamente volátil" y que las líneas navieras y propietarios de carga "solo están adaptando sus cadenas de suministro a corto plazo" ante la incertidumbre reinante.
Mientras tanto, el comercio transatlántico muestra una mayor estabilidad, impulsada por la suspensión temporal de aranceles anunciada por Estados Unidos y la Unión Europea, que acordaron una tregua de 90 días.
El futuro de las rutas marítimas dependerá de la evolución del conflicto comercial y de las decisiones políticas en las principales economías.
Por ahora, tanto navieras como exportadores e importadores se mueven con cautela, a la espera de señales más claras en un tablero global cada vez más incierto.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: TradeNews