

La historia de la cerveza en Argentina está íntimamente ligada a la marca Quilmes, pero la compañía busca escribir un nuevo capítulo con impacto global. En el marco de su estrategia de agricultura por contrato y exportaciones sostenibles, Cervecería y Maltería Quilmes impulsa un ambicioso plan para que el 25% de la cerveza que produce AB InBev en el mundo tenga como ingrediente base cebada cultivada en la provincia de Buenos Aires.
La iniciativa no solo busca potenciar la trazabilidad y la sustentabilidad en la cadena de valor, sino también reforzar el rol exportador de la agroindustria argentina. Con más de 1.000 productores agropecuarios integrados a través de contratos con condiciones claras y estables, la compañía genera un esquema de triple impacto que favorece a la industria cervecera, al agro y a las economías regionales.
“Queremos que cuando alguien tome una cerveza en cualquier parte del mundo, esté brindando con cebada argentina”, señaló Gonzalo Fagioli, presidente de Quilmes, durante una visita a campos de la localidad de Daireaux, en el oeste bonaerense.
“La cebada argentina tiene una calidad excelente y estamos orgullosos de ponerla en valor a escala global”, agregó.
La cebada recolectada se procesa en dos plantas estratégicas: la maltería de Tres Arroyos y la ubicada en el barrio porteño de Puerto Madero. Desde allí, la materia prima viaja hacia las cervecerías del grupo AB InBev en Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Colombia y Centroamérica, lo que demuestra el rol creciente de Argentina como proveedor clave en el mapa cervecero internacional.
El esquema de producción está montado sobre una lógica de eficiencia y sustentabilidad. Quilmes ofrece asistencia técnica directa a los productores, promoviendo prácticas agrícolas responsables, reducción de uso de agua, y monitoreo continuo a través de herramientas digitales. Este enfoque no sólo mejora el rendimiento de los cultivos, sino que también cumple con los estándares internacionales de sustentabilidad ambiental.
La estrategia de Quilmes va más allá del negocio: se presenta como un modelo replicable de desarrollo territorial, donde la innovación tecnológica, la estabilidad económica para los productores y la expansión comercial internacional confluyen en una misma política de abastecimiento.
De hecho, según cifras de la compañía, más del 60% de la cebada que se maltea en Argentina tiene como destino la exportación. Esto implica no sólo una fuente de ingreso para el país, sino también un mecanismo para el posicionamiento internacional de la agroindustria nacional con foco en productos de calidad, producción sustentable y colaboración público-privada.
“Esto es una muestra de cómo podemos generar impacto global desde lo local, con el campo argentino como protagonista y la industria como aliada estratégica”, concluyó Fagioli.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Florencia Radici - Forbes Argentina