

La ganadería argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos de los últimos años. Según datos oficiales publicados por la Subsecretaría de Ganadería, el stock bovino al 31 de diciembre de 2023 fue de 52,8 millones de cabezas, lo que representa una baja interanual del 2,1% y marca el peor registro desde 2011.
Este descenso implica una pérdida de 1,2 millones de animales respecto al año anterior. Si se amplía la mirada, en la última década el rodeo argentino se redujo en más de 3,2 millones de cabezas, consolidando una tendencia negativa que no se revierte desde el pico de 2019, cuando se contabilizaron 54 millones.
Entre las causas principales de esta retracción, el informe señala la persistente sequía que afectó amplias regiones productivas, particularmente durante 2022 y 2023. A esto se suman la falta de políticas de estímulo, la incertidumbre económica y los bajos márgenes de rentabilidad, lo que ha desalentado la inversión en el sector.
En términos regionales, Buenos Aires sigue siendo la principal provincia ganadera, concentrando el 36% del total del stock. Le siguen Santa Fe, Córdoba y Corrientes, aunque todas registraron caídas. La única provincia que creció fue Formosa, con un aumento del 1,4%.
El informe también hace foco en la categoría de vacas, que representa el 44% del total, y cuya caída encendió alertas sobre el futuro de la producción de terneros y la sostenibilidad del ciclo ganadero.
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El escenario preocupa a productores y analistas del sector, quienes advierten que sin medidas concretas para revertir la tendencia, la Argentina podría enfrentar una crisis estructural en su principal actividad pecuaria.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: InfoCampo - Secretaria de Agricultura, Ganaderia y Pesca