

A partir de hoy, Estados Unidos impone aranceles punitivos del 104% a todas las importaciones provenientes de China. La medida, anunciada el martes por la Casa Blanca, marca un punto álgido en la creciente guerra comercial entre ambas potencias, impulsada por el presidente Donald Trump durante su segundo mandato.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, el incremento responde a las represalias impuestas por Pekín:
“Cuando Estados Unidos recibe un golpe, el Presidente responde con más fuerza”.
Trump advirtió esta semana que podría escalar aún más la confrontación si China mantenía su postura. Las nuevas tarifas comenzaron a regir a medianoche del 9 de abril, como reacción a un arancel recíproco del 34% anunciado por China, que entrará en vigor el 10 de abril.
Las tensiones arancelarias, que se han intensificado desde el retorno de Trump al poder, han generado fuertes efectos en los mercados globales, disrupciones en las cadenas de suministro y presiones inflacionarias a nivel internacional. En total, los aranceles acumulados impuestos por la administración Trump en su segundo mandato ya suman un 104% adicional sobre productos chinos, sin considerar los aplicados previamente o durante el mandato de Joe Biden.
Por su parte, China ha prometido “luchar hasta el final”. En un comunicado, el Ministerio de Comercio chino acusó a EE.UU. de actuar con “chantaje” y ratificó su voluntad de defender sus intereses económicos.
La estrategia estadounidense también busca efectos colaterales: el representante comercial Jamieson Greer afirmó que cerca de 50 países han solicitado negociaciones para evitar verse afectados por las tarifas, entre ellos Vietnam, que ha reducido aranceles a productos como almendras, cerezas y manzanas estadounidenses.
México y otros socios comerciales también se verían impactados por este endurecimiento arancelario, principalmente en sectores como acero, aluminio y manufacturas, lo que genera nuevas tensiones bilaterales y demandas diplomáticas para evitar mayores afectaciones al comercio regional.
El conflicto, además de económico, tiene un componente político y estratégico. Trump ha vinculado directamente la imposición de aranceles con temas sensibles como el tráfico de precursores de fentanilo, aplicando subaranceles del 10% cada mes desde febrero, con un adicional del 24% bajo el concepto de “reciprocidad arancelaria”, hasta alcanzar el total del 104%.
Mientras Estados Unidos espera una llamada de negociación por parte de China, el futuro del comercio global se debate entre la diplomacia y la escalada de medidas unilaterales.
Redacción por DataPortuaria - Roberto Morales