

Por: Redacción por DataPortuaria - ComexOnline
Con una reducción comprobada de hasta 95% en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el remolcador japonés Sakigake se consolida como el primer buque comercial del mundo propulsado por amoníaco, según informó la naviera Nippon Yusen Kabushiki Kaisha (NYK) tras completar tres meses de operación en la bahía de Tokio.
El proyecto forma parte de la iniciativa promovida por la Organización de Desarrollo de Nueva Energía y Tecnología Industrial (NEDO) bajo el Fondo de Innovación Verde, y representa un hito tecnológico clave en la descarbonización del transporte marítimo. Reconvertido en 2024 por NYK en conjunto con IHI Power Systems (IPS) y ClassNK, el buque fue originalmente construido en 2015 como el primer remolcador japonés alimentado con GNL.
El nuevo sistema de propulsión, adaptado para operar con amoníaco de producción local, permitió alcanzar reducciones sistemáticas de más del 90% de GEI durante las tareas de remolque, con picos del 95% dependiendo de la carga del motor. Estos resultados fueron validados por NYK e IPS y, según el análisis técnico, superan las métricas alcanzadas por otros proyectos similares, como el barco de apoyo alimentado con amoníaco certificado por Fortescue en 2024.
Pese a los desafíos asociados —entre ellos la toxicidad del amoníaco y la infraestructura especializada que requiere su manipulación—, el desempeño del Sakigake refuerza la viabilidad técnica y operativa de este vector energético. Japón avanza así hacia su próximo objetivo: la botadura de un buque gasero propulsado íntegramente por amoníaco, prevista para noviembre de 2026, en colaboración con Japan Engine Corporation, Nippon Shipyard e IPS.
Este nuevo desarrollo también contará con financiamiento de NEDO y se enmarca en la estrategia nacional de posicionar a Japón como líder en el diseño de tecnologías marinas de emisiones cero, en línea con los compromisos de la Organización Marítima Internacional (OMI) de reducir en al menos un 50% las emisiones del sector hacia 2050.
En el plano internacional, el amoníaco gana terreno como opción clave en la transición energética marítima, junto con otras alternativas como el metanol verde, promovido por gigantes del sector como Maersk y CMA CGM. En paralelo, la Unión Europea ya ha incluido al amoníaco en su lista de combustibles sostenibles, consolidando un escenario de diversificación energética con alto potencial de descarbonización.