miércoles 09 de abril de 2025 - Edición Nº1683

Actualidad | 6 abr 2025

Argentina afianza su presencia en la Antártid

Finalizó el montaje del Módulo II en la Base Petrel y avanza la infraestructura estratégica en el continente blanco

Con 700 m² en desarrollo y una evaluación ambiental rigurosa, Argentina continúa fortaleciendo su capacidad logística y científica en la región más activa de la Península Antártica.


Por: Redacción por DataPortuaria - Pescare

Desde el astillero Tandanor se confirmó la finalización del montaje estructural del Módulo II de la Base Antártica Conjunta Petrel, una de las piezas clave en el ambicioso proceso de reactivación y modernización de instalaciones argentinas en la Antártida. Con una superficie de 300 metros cuadrados, esta unidad forma parte de un proyecto estratégico que ampliará en 700 m² la capacidad operativa de la base, al que se suma el inicio del montaje del Módulo I, de 400 m².

El avance es impulsado por el Ministerio de Defensa de la Nación y supervisado por Tandanor, en coordinación con la Dirección de Ingenieros e Infraestructura del Ejército Argentino y el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR). Desde el ámbito militar se destacó que la obra refleja el compromiso estatal con el desarrollo tecnológico e industrial nacional, orientado a fortalecer la proyección logística y científica en el continente blanco.

Ubicada en el Cabo Welchness, Isla Dundee, la Base Petrel se emplaza en una de las pocas zonas libres de hielo de la región, con condiciones geomorfológicas óptimas para el desarrollo de infraestructura, como una pista de aterrizaje multipropósito. Su localización estratégica y su aptitud técnica posicionan a la base como una plataforma clave para operaciones científicas, logísticas y medioambientales en el extremo norte de la Península Antártica.

El proyecto incluye además una evaluación ambiental integral, desarrollada conforme a los lineamientos del Sistema del Tratado Antártico, que incorpora estudios interdisciplinarios en geología, hidrogeología, biología y climatología. Entre los aspectos más destacados se encuentran la caracterización del permafrost, la evaluación de flora y fauna, y el monitoreo de sitios contaminados y comunidades bentónicas. Este trabajo, enmarcado en las campañas antárticas de verano 2022-2025, busca construir una línea de base ambiental robusta y sensible a los efectos del cambio climático.

La evaluación de impacto ambiental (EIA) identificó posibles efectos directos —como alteraciones al permafrost y emisiones de gases— e impactos acumulativos en ecosistemas costeros. Frente a ello, se han definido más de treinta medidas de mitigación, incluyendo el manejo responsable de residuos, la prevención de especies invasoras y la protección de cursos de agua.

Por su parte, el programa de monitoreo ambiental articula tres líneas: condiciones ambientales, desempeño operativo e impacto climático. Este esquema permitirá no sólo detectar desviaciones en tiempo real, sino también adaptar la planificación en función de la evolución ambiental del entorno.

Pese a que los impactos ambientales superan los umbrales mínimos establecidos, la evaluación concluye que los beneficios superan ampliamente los efectos negativos, siempre que se ejecuten las medidas mitigatorias previstas. La mejora en eficiencia energética, el aumento de la capacidad científica instalada y la consolidación de mejores prácticas ambientales respaldan la viabilidad del proyecto.

Así, la Base Petrel se proyecta como un pilar de soberanía, ciencia y sostenibilidad, en un territorio donde confluyen intereses geopolíticos globales. Argentina reafirma su rol en la gobernanza ambiental y científica de la Antártida, con una infraestructura alineada a los desafíos del siglo XXI.

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