

Por: Redacción por DataPortuaria - MovantConnection
El Canal de Panamá, responsable del tránsito de cerca del 3% del comercio mundial, implementará a partir de octubre un sistema de cupos reservado exclusivamente para buques con bajas emisiones de carbono. Bajo el nombre “NetZero Slot”, la medida marca un cambio en la gestión operativa del canal, estableciendo un criterio ambiental como condición prioritaria de acceso, lo que abre interrogantes sobre sus impactos reales en la competencia logística global.
La iniciativa aplicará a buques neopanamax, es decir, embarcaciones de gran capacidad que cruzan las nuevas esclusas del canal. A diferencia de lo que ocurre con otros espacios de tránsito, este cupo no será adjudicado por subasta, sino asignado mediante un sistema de competencia anticipada. Si bien se presenta como un incentivo a la descarbonización, el nuevo esquema introduce una segmentación operativa que puede alterar las condiciones de previsibilidad y equidad para el conjunto de las navieras.
Los requisitos técnicos incluyen la utilización de motores duales y combustibles con baja intensidad de carbono, evaluados en todo su ciclo de vida. Esto responde a una tendencia generalizada de exigencias ambientales en la cadena logística, pero también puede implicar una exclusión gradual de actores que aún no pueden adaptarse tecnológicamente.
La administración del canal justifica la medida en términos de sostenibilidad y eficiencia, pero no está exenta de objetivos políticos: la necesidad de recuperar su legitimidad como vía moderna y confiable, tras el impacto de la crisis hídrica de 2023, obliga a mostrar señales concretas de innovación.
Los buques seleccionados obtendrán ventajas considerables: acceso a elección de fecha, cruce garantizado en 24 horas y servicios JIT. Este diferencial operativo podría profundizar las asimetrías competitivas en favor de grandes navieras ya posicionadas en la transición energética, relegando a flotas de menor escala o de países en vías de desarrollo.
El Canal de Panamá conecta más de 180 rutas, 170 países y casi 2.000 puertos, lo que lo convierte en una pieza estructural del comercio internacional. Introducir criterios ambientales como filtro operativo no solo impacta en la eficiencia interna, sino que reconfigura las reglas de acceso a los corredores logísticos más estratégicos del mundo.