

En el corazón de Expoagro, el ministro de Economía, Luis Caputo, dejó definiciones clave sobre la política económica del Gobierno nacional para el sector agroindustrial. Entre empresarios y dirigentes del agro, en una exposición breve pero contundente, ratificó el rumbo de reducción de impuestos y orden fiscal, al tiempo que destacó el repunte del financiamiento con un récord de solicitudes de crédito en el Banco Nación.
Caputo llegó a San Nicolás con un mensaje claro: el Gobierno nacional busca quitarle presión impositiva al campo y devolverle previsibilidad al negocio agropecuario. “Espero que el esfuerzo fiscal que hicimos con las retenciones los ayude a producir más”, afirmó en el inicio de su discurso, marcando el tono de su exposición.
Pero más allá del alivio impositivo, el ministro apeló a un concepto que repitió en varias ocasiones: valorar el cambio de rumbo. “Hace un año, el campo no podía planificar nada. Teníamos una inflación del 1% diario, una deuda de 40.000 millones de dólares con los importadores y una incertidumbre total. Hoy estamos en otro país”, sentenció.
Desde el oficialismo, insisten en que las reformas estructurales requieren tiempo y que las críticas sobre la falta de mejoras inmediatas desconocen la magnitud del ajuste. “Cuando las cosas mejoran, rápidamente se tiende a subestimar los avances y queremos ser Suiza al día siguiente. Pero no se corrigen en un año 120 años de desmanejo y 20 de desastre”, sostuvo Caputo, en una referencia implícita a los cuestionamientos sobre la velocidad de la recuperación económica.
En un auditorio atento a cualquier señal sobre la política tributaria, el ministro fue tajante: “Estén seguros de que, en el ranking de baja de impuestos, el campo está al tope”. El mensaje no fue casual. Aún con el alivio de retenciones en algunos productos, el sector sigue esperando definiciones más amplias sobre la carga tributaria que soporta y que, en muchos casos, condiciona su competitividad.
Pero el discurso de Caputo no solo giró en torno a los impuestos. También puso el foco en la recuperación del crédito, un aspecto clave en un año en el que muchas inversiones estuvieron en pausa. Según los datos que expuso, en apenas 36 horas el Banco Nación recibió pedidos de financiamiento por 3.800 millones de dólares, un volumen que duplica los niveles previos.
El final del discurso fue un llamado al optimismo y a la inversión. “Imaginen lo que puede ser en los próximos años. No tengan dudas de que lo mejor está por venir”, cerró el ministro, en un tono que combinó diagnóstico económico con mensaje político.
Fuente: Infocampo