

El proceso de trilla del girasol avanza con óptimos resultados productivos en las principales zonas de cultivo, registrándose rindes históricos en comparación con campañas anteriores. Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), al 7 de marzo se ha recolectado el 30,6% del área apta, con un rendimiento medio de 22,5 quintales por hectárea (qq/ha), impulsado por condiciones agroclimáticas favorables durante el ciclo fenológico del cultivo.
Las mejores marcas se han obtenido en el NEA y el centro-norte de Santa Fe, donde se han reportado lotes con hasta 27 qq/ha, confirmando la tendencia positiva observada en los primeros relevamientos. En tanto, la trilla avanza en Buenos Aires y La Pampa con buenos niveles de productividad, aunque las precipitaciones recientes podrían generar complicaciones logísticas y sanitarias.
El principal factor de riesgo identificado es el impacto de las lluvias sobre la estructura del grano, particularmente en aquellas zonas donde el cultivo ha alcanzado la madurez fisiológica y permanece en campo a la espera de cosecha. En este contexto, la persistencia de humedad relativa elevada podría favorecer procesos de brotado en planta y proliferación de patógenos fúngicos, afectando la calidad comercial del grano y limitando su competitividad en el mercado.
Pese a estas amenazas climáticas, la BCBA sostiene su proyección de 4,4 millones de toneladas de producción total, respaldada por los elevados rindes en regiones núcleo y la estabilidad en los cuadros tardíos. Sin embargo, el sector agroindustrial mantiene el monitoreo sobre la evolución de las condiciones meteorológicas en el corto plazo, ya que un deterioro en la calidad del grano podría impactar negativamente en la demanda de la industria aceitera y el volumen exportable.