Según la consultora Safras & Mercado, Brasil planea incrementar en un 5,2 % el área destinada al cultivo de trigo en 2025, lo que representa una expansión de 155.000 hectáreas respecto al año anterior. Este aumento tiene como objetivo recuperar parte de la reducción de 400.000 hectáreas registrada en 2024.

Por su parte, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) estima que las siembras, que se iniciarán entre febrero y marzo, abarcarán una superficie similar a la de la temporada anterior, cercana a los 3 millones de hectáreas, con una producción proyectada de 9,2 millones de toneladas.

Actualmente, Brasil no es autosuficiente en la producción de trigo, importando alrededor de 6 millones de toneladas anuales para satisfacer un consumo interno de aproximadamente 12 millones de toneladas. Aunque en los últimos años la producción nacional ha promediado los 9 millones de toneladas, la calidad del trigo brasileño no siempre cumple con los estándares panaderos ideales, lo que incrementa la dependencia de importaciones, especialmente desde Argentina.

La expansión del cultivo hacia el Centro-Oeste, particularmente en Mato Grosso, mediante el uso de variedades adaptadas a condiciones climáticas más cálidas y secas, busca aumentar tanto el volumen como la calidad del trigo producido. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de factores climáticos y de la adaptación efectiva de las nuevas variedades a las condiciones locales.

La calidad de la cosecha será crucial para determinar la necesidad de importaciones adicionales. Si el trigo producido localmente no alcanza los estándares requeridos por la industria molinera, Brasil podría verse obligado a aumentar sus compras externas, mientras que el excedente de menor calidad se destinaría a la alimentación animal.

Fuente: Infobae