Esta medida, que multa el tiempo adicional que pasan las unidades en las instalaciones portuarias, fue suspendida el año pasado. Sin embargo, las autoridades analizan volver a aplicar esta política, que obliga a las navieras a abonar un extra por cada contenedor que permanece nueve días o más en la terminal.
Los directores ejecutivos de ambos puertos prevén cobrar US$100 por cada contenedor por día, duplicando así la tasa de estadía regular hasta que la unidad salga de la terminal.

El éxito de esta política
Está política fue diseñada en coordinación con el grupo de trabajo sobre interrupciones de la cadena de suministro Biden-Harris, el Departamento de Transporte de EE.UU. y múltiples partes interesadas en la cadena de suministro.
En el marco de una acumulación récord producto de las interrupciones ocasionadas por la pandemia, el 25 de octubre del año anterior, se anunció que se aplicarían tasas por sobreestadía.
Luego del anuncio, los puertos comenzaron a evaluar los tiempos de permanencia de los contenedores de importación llenos el 1 de noviembre.
Según el Puerto de Los Ángeles, el 15 de noviembre había 8.392 contenedores que llevaban entre 9 y 12 días en el puerto, y 20.857 llevaban 13 o más días.
Sin embargo, las cargas con larga permanencia en los puertos de Los Ángeles y Long Beach han disminuido un 26% desde que se anunciaron las nuevas tasas y sin haber hecho efectiva la medida. Esta situación permitió prorrogar la fecha en la que comenzaría a aplicarse la medida de multa, dando tiempo a los expedidores y líneas navieras a retirar sus cargas.