Según un informe de las Naciones Unidas, el año pasado unos 71 millones de personas cayeron en la pobreza recientemente.
El informe fue elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y especificó que esta aceleración de la pobreza “es considerablemente más rápida que el choque inicial de la pandemia por Covid-19”.
Según el PNUD, “las transferencias de dinero dirigidas a los hogares son más equitativas y más rentables que las subvenciones generales a la energía” y consideró que los países involucrados necesitarán de apoyo del sistema multilateral “para llegar al fin de mes”.
“Mientras las tasas de interés aumentan en respuesta a la subida de la inflación, existe el riesgo de desencadenar una nueva pobreza inducida por la recesión que exacerbará aún más la crisis, acelerando y profundizando la pobreza en el mundo”, agregó el informe.
Las regiones que más complicadas se encuentran son la de los Balcanes, la del mar Caspio y el África Subsahariana, en particular el Sahel.
“Las escaladas de precios sin precedentes significan que, para muchas personas en todo el mundo, la alimentación que ellos podían permitirse ayer ya no es accesible hoy (…) esta crisis del costo de la vida empuja a millones de personas a la pobreza, con el riesgo de una hambruna a una rapidez vertiginosa”, sentenció el informe.
