Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la inflación interanual del Reino Unido en julio alcanzó el 10,1%, superando los dos dígitos por primera vez en más de cuatro décadas.
Esto representó un salto de 0,7 puntos porcentuales respecto a junio, lo que permitió alcanzar el peor registro desde febrero de 1982 (10,4%). Además, es la cuarta vez que la nación supera el umbral del 10% en los últimos 70 años.
El incremento se vio principalmente impulsado por el aumento de los precios de los alimentos, que fue del 2,3% y resultó el más alto a nivel mensual en más de veinte años.
Por otra parte, el índice de precios subyacente, que excluye la volatilidad de los precios de la energía, alimentos, alcohol y tabaco, aumentó 6,2% en los últimos 12 meses hasta julio, por encima del 5,8% registrado en junio.
Aunque la situación ya es complicada de por sí, el Banco de Inglaterra estima que la inflación podría superar el 13% en el cuarto trimestre de 2022 como consecuencia de que en octubre se actualizarán las tarifas del gas.
Por ello, para intentar ayudar a la población, el Gobierno británico anunció una serie de medidas que incluyen paquetes de ayuda, valorados en 37.000 millones de libras esterlinas, que establecen pagos adicionales para aquellos con ingresos bajos y 400 libras de descuento en las facturas de energía para todos en los próximos meses.
