La funcionaria norteamericana reconoció que el crecimiento económico de Estados Unidos se está desacelerando y que incluso existe la posibilidad de entrar en recesión.
La funcionaria explicó que las cifras de contratación y el gasto de los consumidores mostraban que la economía aún se mantenía fuerte: en junio se crearon 372.000 nuevos puestos de trabajo, lo que representó el cuarto mes consecutivo de creación de empleos por encima de los 350.000.
Sin embargo, otros datos también revelaron que el mercado laboral se estaba debilitando porque las solicitudes de ayuda por desempleo alcanzaron su punto más alto en ocho meses.
Por otra parte, Yellen reconoció que la inflación “es demasiado alta”, aunque la subida de tasas de la FED y la decisión del gobierno de Biden de vender petróleo de su reserva estratégica estaban ayudando a bajar los precios de los combustibles.
Recientemente se confirmó que la inflación interanual del país en junio subió hasta el 9,1%, la más alta en los últimos cuarenta años.
En esta línea, se mostró confiada de que la FED podrá controlar la subida de los precios sin desencadenar una recesión, aunque reconoció que “estamos en un período de transición en el que el crecimiento se está desacelerando y eso es necesario y apropiado”.
“No estoy diciendo que definitivamente evitaremos una recesión. Pero creo que hay un camino que mantiene fuerte el mercado laboral y reduce la inflación (…) La recesión es una debilidad generalizada en la economía. No lo estamos viendo ahora”, agregó.
Durante el primer trimestre de este año, el PIB de EE.UU. se contrajo a una tasa anual del 1,6%. Se espera que solo se registre un incremento del 0,4% durante el segundo.
