Según la Real Academia Española, un unicornio es un animal fabuloso que fingieron los antiguos poetas, de forma de caballo y con un cuerno recto en mitad de la frente. Sin embargo, en la jerga empresarial, el término tiene una definición diferente.
Se denomina empresas unicornio a aquellas que poseen una valuación de USD 1.000 millones o más durante su etapa inicial de lanzamiento al mercado sin haber salido a la bolsa.

Si hay algo que se aprende en argentina como empresario, es a hacerle frente a un contexto adverso. De esta manera, las fintech argentinas continúan creciendo y cada vez son más las empresas que se ganan un lugar dentro de la categoría de unicornios.
La realidad es que se conforman en promedio, 4 compañías de este tipo por año y todas comparten una característica en común; se respaldan en tecnología y digitalización, aumentando la rentabilidad.
El crecimiento acelerado puede generar una llegada súbita al mercado y repercutir en las empresas que funcionan bajo métodos tradicionales. La rentabilidad que presentan es acrecentada; por cada dólar que invierten, llegan a generar 26 dólares.
Este tipo de empresas se convierte en el modelo del futuro. Operan de manera eficiente, ya que suelen estar compuesta por hasta tres personas y son del tipo B2C, es decir, llegan directamente al consumidor final.
La logística es un pilar fundamental; las soluciones tecnológicas de última milla han impulsado el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, reduciendo los tiempos de entrega y brindado un servicio especializado.
El término empresa unicornio fue utilizado por primera vez por Aleen Lee en su artículo “Welcome to the unicorn club: learning from billion-dollar startups”.