Este próximo domingo 29 de mayo, se celebrarán en Colombia unas nuevas elecciones presidenciales y, en total, unos 30 millones de personas están habilitadas para votar.
Debido a un cambio constitucional realizado en 2015, la reelección fue eliminada. Por ello, el actual presidente Iván Duque no podrá presentarse en los comicios y una serie de candidatos aspiran a sucederlo.
Según los sondeos, el izquierdista Gustavo Petro es el máximo candidato con una intención de voto de más del 40%. Aunque esto no le permitiría imponerse en la primera vuelta (se necesita más del 50%), todo hace indicar que también triunfaría en un hipotético balotaje.
En diálogo exclusivo con Data Portuaria, Franco Marinone, Analista internacional, describe las principales características de las próximas elecciones y qué implicaría, tanto para Colombia como para la región, un triunfo de Petro.
1.- Según las encuestas, Gustavo Petro es el máximo favorito para los próximos sondeos. ¿La elección ya está definida o algún candidato puede revertir esta tendencia?
Sería una osadía dar por ganadas las elecciones por parte del equipo de campaña de Gustavo Petro. Si bien las encuestas le dan un amplio margen respecto a los derechistas Rodolfo Hernández y Federico Gutiérrez, esta ventaja presuntamente no sería suficiente para ganar en primera vuelta. Ya en segunda vuelta, entran otros factores en cuanto a la decisión del voto de cada ciudadano.
En Colombia nunca ha ganado las elecciones un presidente de origen popular, con una agenda económica crítica con algunas de las bases del modelo capitalista, y sin el apoyo de los partidos del establishment. En parte, esto se debe a una cultura conservadora propia de la ciudadanía colombiana que se debe principalmente a una economía plana sin grandes saltos de crecimiento y consumo; una ausencia de migración externa, y la influencia de la Iglesia en la educación y en el Estado. Esto junto a la violencia ejercida por los guerrilleros permitió a una élite gobernante frenar cualquier cambio “desde abajo” por parte de cualquier líder nacional-popular.
La otra parte quizás provenga del hecho de que lideres “izquierdistas” como Jorge Eliécer Gaitán, Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, o Carlos Pizarro fueron asesinados antes de que se llevaran a cabo las elecciones donde eran candidatos.
Ahora bien, si los datos anteriores jugarían a favor de Federico Gutiérrez o Rodolfo Hernández, también es verdad que en los últimos 20 años la izquierda ha ido logrando unificarse y crear una base electoral sólida. Los acuerdos de paz llevaron a la ciudadanía a nuevas preocupaciones sociales y culturales, y poco a poco Colombia se ha ido abriendo al mundo.
Por último cabe destacar el hecho de que las elecciones en Colombia se encuentran dentro de una tendencia regional hacia un resurgimiento de los gobiernos nacional-populares, lo que colocaría a Petro como un acompañante de Gabriel Boric, Manuel López Obrador Alberto Fernández, Pedro Castillo, Nicolás Maduro, y un futurible Lula da Silva.
2.- ¿Cuál es la actual situación de la economía colombiana? ¿y el narcotráfico/terrorismo? Ambos parecen los principales temas de campaña.
Es normal que sean los principales ejes de la discusión de cara a las elecciones, ya que serán los mayores retos, junto a una delicada gobernabilidad, que deberá enfrentar el próximo presidente colombiano. Colombia está sufriendo una de las tasas inflacionarias más altas de los últimos 25 años, junto a un elevado déficit fiscal producto de la pandemia mundial por todos conocida. Pero la pandemia solo ha traído el agravamiento de unos problemas preexistentes que se basan en desequilibrios macroeconómicos, una gran desigualdad, y la falta de una agenda social definida, que ha provocado ya dos estallidos populares en 2019 y 2021.
En cuanto a la violencia, cuando asumió la presidencia en 2018 Iván Duque se registraban los índices de homicidios más bajos de la historia. Pero la falta de implementación del Acuerdo de Paz alcanzado con las FARC, junto a una falta de claridad en las políticas de seguridad ha llevado a que el narcotráfico y el terrorismo aumenten exponencialmente, al punto de que existe cierto temor a salir a votar, y que se haya dado un paro armado de paramilitares impulsado por el denominado Plan del Golfo o Autodefensas de Colombia.
Tampoco ayuda a la gobernabilidad y la estabilidad política del país unas fuerzas armadas politizadas que vocifera en contra del Gustavo Petro, como es el caso del comandante del Ejército, Eduardo E. Zapateiro.
3.- ¿Cómo impactaría en la región un hipotético triunfo de Petro? Se prevé un acercamiento con Venezuela
La victoria de Petro, como he mencionado anteriormente, encajaría dentro de una nueva ola de gobiernos latinoamericanos nacional-populares que podría suponer el avance en los procesos de integración latinoamericana, tanto en el ámbito político como en el económico. Las faltas de unas instituciones supranacionales fuertes han provocado que los avances en este ámbito siempre dependiesen de la cercanía ideológica de los presidentes de la región, siendo los momentos de mayor avance los 90 neoliberales y los 2000 nacional-populares. Podríamos estar entrando en un nuevo ciclo.
En cuento a la cuestión particular de Venezuela, la victoria de Petro podría suponer el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, aunque las propuestas sociales y económicas del futurible presidente colombiano se encuentran muy alejadas de las de Maduro.
4.- ¿Y en las relaciones bilaterales de Colombia con la Argentina?
Creo que dependerá de la cercanía ideológica que tenga con el presidente argentino saliente de las elecciones de 2023. Digo esto porque actualmente no existe una gran dependencia entre ambos países, ni a nivel económico, ni cultural, ya que Colombia siempre ha mirado más hacia el norte, Caribe y Estados Unidos, que hacia el sur. Es posible que se pueda avanzar en cuestiones a nivel supranacional buscando la incorporación de Colombia a una lógica latinoamericanista que provoque nuevos pactos de libre comercio, pero me parece una realidad lejana aún.
