Desde hace muchos años, la Argentina intenta avanzar con el proyecto del “Cruce Marítimo del Sur”. Este, en pocas palabras, tiene como objetivo comunicar directamente a las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego sin pasar por Chile.
En esta línea, hace algunas semanas se anunció que ya se había licitado el estudio de prefactibilidad del proyecto: un equipo técnico conformado por tres ingenieros y una bióloga realizarán trabajos de campo para determinar en dónde debería construirse.
¿Qué es el Cruce Marítimo del Sur?
El también llamado Corredor Marítimo Austral es una obra de infraestructura que proyecta realizar un cruce marítimo en el área donde el estrecho de Magallanes abre su boca hacia el océano Atlántico. Esto permitiría conectar la red de caminos del sur del continente en Santa Cruz con los de la isla de Tierra del Fuego.
Aunque existen muchos motivos para realizarlo, el principal sería permitirles a los habitantes argentinos del archipiélago cruzar al continente sin tener que pasar por territorio chileno.
Actualmente, cualquier persona que desee cruzar de Tierra del Fuego a Santa Cruz o viceversa tiene que pasar obligatoriamente por carreteras chilenas (la Ruta CH-255 y la Ruta CH-257). Además, se debe realizar el cruce del estrecho mediante un ferry que recorre 4,65 km en el sector de Primera Angostura.
Esta situación genera muchos problemas: en primer lugar, el trayecto es más largo, por lo que los gastos en combustible aumentan. Además, existen dos controles fronterizos en Chile y otros dos en la Argentina, lo que implica grandes pérdidas de tiempo a la hora de realizar trámites aduaneros. Por último, en el caso de que el tránsito en el tramo chileno se vea interrumpido, la provincia argentina quedaría incomunicada.
Teniendo en cuenta estos factores, la obra buscaría conectar de una manera más eficaz al territorio argentino, uniendo el tramo continental de la Ruta Nacional 3 con su tramo en la isla Grande de Tierra del Fuego.

Un poco de historia
El interés nacional por este proyecto data de hace casi cinco décadas, cuando Tierra del Fuego no era una provincia sino un territorio nacional: en el año 1972, a través del decreto nacional Nº 2985, se creó una comisión especial para evaluar la posibilidad de conectar las regiones mencionadas.
Casi una década después, en 1981 se constituyó el Ente de Unión Territorial que tenía entre sus objetivos avanzar con este proyecto y hasta compró un transbordador, aunque se vio interrumpido por la Guerra de Malvinas.
En el medio, existieron varias ideas nacionales y provinciales, aunque ninguna obtuvo éxito. Recién entre 2011 y 2012 se logró un significativo avance cuando la Ley 26.776 declaró la construcción de este cruce como “política de Estado”.
El último gran antecedente ocurrió en 2015, cuando se publicó el Decreto de Necesidad y Urgencia para creaba un fideicomiso con un capital inicial de mil millones de pesos, aunque el cambio de autoridades en el Gobierno nacional no permitió seguir avanzando.
¿Qué opciones existen?
A gran escala, existen tres opciones: el cruce corto, el cruce intermedio y el cruce largo.
- Cruce corto: esta es la variante más costosa (unos US$ 300 millones) e implica crear un puerto en el continente, cerca de punta Dungeness y a unos 9 km del acantilado de cabo Vírgenes; y otro en la ribera insular de la costa al sur del cabo Espíritu Santo. Su principal ventaja es que el costo del cruce sería más bajo, ya que la distancia por recorrer sería más corta (41 km), lo que a su vez haría el viaje más corto y rápido.
- Cruce intermedio: se partiría de la cabecera continental ubicada en el puerto Punta Loyola, a pocos kilómetros de Río Gallegos, y se arribaría al cañadón Alfa o Beta, al sur del cabo Espíritu Santo (160 km de distancia entre ambos puntos). No hay una estimación sobre el valor de la construcción.
- Cruce largo: esta sería la obra más barata y que más rápido podría realizarse, ya que utilizaría estructura portuaria y accesos viales ya existentes. Sin embargo, el trayecto marítimo sería mucho más largo (245 km), lo que implicaría mayor tiempo de navegación y una mayor tarifa del pasaje. Los puntos de salida se encontrarían en el puerto Punta Loyola y en el puerto La Misión, a pocos kilómetros de la ciudad de Río Grande. Su costo de construcción rondaría los US$ 100 millones.

Aunque todavía no hay nada definido, según el ex ministro Mario Meoni, el cañadón Alfa o Beta y Punta Loyola son las opciones más viables. Aunque los estudios no han finalizado, los datos preliminares informan que por ese tramo se podría navegar más de 200 días al año.
Además, esto también permitiría avanzar con la creación del Puerto Multipropósito en Punta Loyola para generar actividades como la exportación del carbón de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio.