La Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), bajo la conducción de Fernando Landa, organizó un encuentro de análisis, debate y propuestas respecto del Puerto Buenos Aires.
Si bien el objeto era el futuro del puerto federal y de sus terminales, sobre las que pesan contratos con vencimiento, quedó claro que la necesidad de la carga se vincula con un sistema metropolitano de atención portuaria a las exportaciones e importaciones de alto valor agregado.
Así, rápidamente, surgieron cuestiones vinculadas al costado institucional: si bien las terminales del puerto federal son las que más concentran en cuanto a movimiento de contenedores, no es menos cierto que la carga ve al sistema como un arco de ofertas que va desde Zárate a La Plata, donde conviven terminales sin participación pública con otras gobernadas a nivel provincial y por último, Buenos Aires, bajo jurisdicción nacional.

Es un tema que concierne al sector privado toda vez que manifestaron su voluntad de trazar una estrategia -invitación pública realizada por la CERA- para elevar a quienes estén a cargo de la planificación portuaria. En el caso metropolitano, los interlocutores son heterogéneos.
Protagonistas
La iniciativa de CERA contó con la participación de su presidente, Fernando Landa; el economista marítimo Ricardo Sánchez, y los consultores Sergio Borrelli, Daniel Caso, Gustavo Anschutz y Eduardo Zabalza. Luego, se dio un conversatorio con los referentes de la carga: Oscar Fernández Choco (CERA), Eduardo Rodríguez (UIA) y Carlos Restaino (CAC).
Landa trazó el escenario del que depende la principal estrategia de la CERA: la internacionalización de las empresas, por un lado, y el desarrollo nacional a partir de las exportaciones, por el otro.
El marco global siempre fue desafiante, y el actual es un mega botón de muestra: inflación global, tasas en alza y esquemas recesivos se entrelazan en un contexto geopolíticamente conflictivo. Para peor, el multilateralismo -que podría oficiar de soporte y amortiguación de los conflictos bilaterales y el proteccionismo unilateral- muestra signos de parálisis.
“Por más que se mapeen como independientes, son todos factores que interactúan entre sí”, dijo Landa, tras completar el panorama con los efectos persistentes de la disrupción en las cadenas de valor producto de la pandemia, la invasión de Rusia a Ucrania e incluso el “lado B” de las cuestiones medioambientales y la transición energética.
Ejes estratégicos
En la estrategia de la CERA de internacionalización y crecimiento a través del sector externo, “el ordenamiento macro es una condición necesaria pero no suficiente: todo país que avanzó en la internacionalización tuvo una estrategia con ejes vinculados a la promoción comercial, las inversiones, el financiamiento, la institucionalidad, los acuerdos comerciales, la facilitación del comercio y la logística”, enumeró, tras mostrar un listado de países que avanzaron en esta línea y lograron resultados evidentes.
La logística como eje de esta “estrategia nacional exportadora” fue fundamento suficiente para hablar del Puerto Buenos Aires y las terminales satélites que componen el entramado de la conectividad marítima de la Argentina con el mundo.
Landa indicó: “Buenos Aires está en un proceso de transformación hacia un puerto feeder por restricciones no resueltas y dinámicas”, y citó luego uno de los principales estudios en la materia, contundente por cierto (La conectividad del transporte marítimo de contenedores como factor determinante del comercio, de Marco Fugazza y Jan Hoffmann, Unctad, 2017) que señala: “Las investigaciones empíricas muestran de manera inequívoca que la falta de una conexión marítima directa con un socio comercial se asocia con menores valores de exportaciones; cualquier transbordo adicional está asociado con un valor 40% menor de las exportaciones bilaterales”.
“Queremos generar diálogos específicos, pilar por pilar, para enriquecer el mapa a través de la opinión compartida”, invitó Landa.