El próximo 2 de octubre, Brasil celebrará unas históricas elecciones presidenciales en las cuales Jair Bolsonaro y Lula da Silva son los máximos candidatos.
Actualmente, Lula pose una intención de voto de más del 45%, lo que le aseguraría el primer lugar, aunque no le permitiría coronarse, ya que pasa eso necesitaría superar el 50,01%.
Por su parte, Bolsonaro, que irá en busca de su reelección, se afianza en el segundo lugar con intención de voto de entre 32% y 34%. El objetivo de Bolsonaro es que Lula no triunfe en la primera vuelta para poder clasificar a un hipotético balotaje.
En este sentido, Bolsonaro espera que su nuevo paquete de ayuda social, por unos US$ 7.700 millones, le permita acortar la distancia con Lula.
Entre las medidas se destaca un aumento de 400 a 600 reales (de US$ 75 a US$ 116) en el plan Auxilio Brasil, el beneficio social que reemplazó al Bolsa Familia, creado por el PT.
Además, se anunció un vale de 1.000 reales para los camioneros, ampliar a 53 reales la ayuda para comprar garrafas de gas y beneficios para los taxistas, valorados en unos 2.000 millones de reales.
Por su parte, Lula, que también se impondría en la segunda vuelta, recibió un consejo del Instituto de Estudios Estratégicos del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles, vinculado al Federación Única de los Petroleros (FUP), para combatir la alta inflación de los precios de los combustibles.
Dicho Instituto le recomendó a Lula reforzar la capacidad de refinación de Petrobras, incluso mediante la reversión de las privatizaciones de refinerías.
Para ello, propone nuevas inversiones y la reanudación de proyectos de refinería abandonados por Petrobras después de que la petrolera decidiera centrarse en la producción de sus campos presalinos.
Entre las principales propuestas se destaca la posibilidad de recuperar la propiedad de la refinería RLAM, en Bahía, el activo de refinación más grande vendido en 2021 por la compañía, que ahora es propiedad de Acelen, del grupo Mubadala, de Abu Dhabi.
El estudio también recomienda reevaluar la venta de las refinerías Repar, en Paraná; Refap, en Rio Grande do Sul; y RNEST, en Pernambuco.
