Según cifras oficiales, el PIB de Estados Unidos volvió a contraerse durante el segundo trimestre de este año.
Durante el período entre abril y junio, el PIB cayó a una tasa anualizada del 0,9%, mientras que la contracción intertrimestral fue del 0,2%.
Así, tras dos trimestres consecutivos de caídas en el crecimiento, muchos hablan de que la economía más grande del mundo entró en recesión. Sin embargo, desde el propio gobierno norteamericano dicen que es muy rápido para hablar de ello.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, explicó que los datos eran una señal de una desaceleración inevitable y significativa, pero que aún había una gran solidez en la economía, especialmente en el empleo.
Para la funcionaria, la mayoría de los estadounidenses definen las recesiones como similares a las que ocurrieron en el pasado: “Pérdidas sustanciales de empleos y despidos masivos, cierre de empresas, desaceleración considerable de las actividades del sector privado, presupuestos familiares bajo una inmensa presión, un debilitamiento generalizado de nuestra economía.”
“Eso no es lo que estamos viendo en este momento”, agregó.
Por otra parte, Yellen se refirió a la inflación del 9,1% que actualmente enfrenta su país, la más alta en 40 años. En este sentido, consideró que la principal preocupación de los norteamericanos no eran los empleos, sino la inflación y el aumento de los costos.
“Creo que la incomodidad que sienten los hogares no se debe al mercado laboral. Los trabajos están disponibles”, agregó.
