Según un informe de la ONU, en 2021 casi 200 millones de personas en 53 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda.
En comparación con 2020, el año pasado el número de personas que sufrieron inseguridad alimentaria se incrementó en 40 millones debido a los conflictos armados, el clima y las crisis económicas.
Específicamente, las dificultades económicas fueron la principal causa del hambre aguda para 30,2 millones de personas en el mundo, mientras que las condiciones meteorológicas extremas resultaron el principal causante para otros 23,5 millones.
Para intentar contrarrestar esta situación, las Naciones Unidas les pidieron a sus países miembro que donen US$ 1.500 millones en ayuda financiera para actuar ahora y aprovechar la temporada de siembra, aunque, incluso con la ayuda, el problema persistirá.
La cifra viene aumentando desde 2016, fecha de la primera publicación de este informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Unión Europea (UE).
Además, desde la FAO advirtieron que el actual conflicto bélico en Ucrania podría empeorar las cosas: “la guerra ya puso en evidencia la interconexión y fragilidad de los sistemas alimentarios (…) las perspectivas del futuro no son buenas”.
“Si no hacemos más para apoyar a las zonas rurales, la magnitud de los daños vinculados al hambre y al deterioro del nivel de vida será dramática. Es necesaria una acción humanitaria urgente y a gran escala”, agregó.
